Considerando:

Que la crisis general del capitalismo, en su época actual, el imperialismo, es el mayor obstáculo para el desarrollo de la sociedad humana, así mismo, en su seno se desarrolla también como la época de las revoluciones proletarias, la lucha de clases actual, es la contradicción permanente entre la revolución y la contrarevolución.

Que la nueva oleada de crisis cíclica que azota el mundo desde hace aproximadamente 4 años, está llevando a una profundización de la lucha de clases, desatando grandes levantamientos, Huelgas Generales, insurrecciones y movilizaciones de millones y millones de proletarios de todo el mundo, oponiéndose a que las consecuencias de la crisis, sean descargadas sobre la clase obrera y los pueblos del mundo; mientras que la burguesía y su oligarquía financiera, pretenden imponer sus salidas más reaccionarias a dicha crisis.

Que las contradicciones interimperialistas, están tensándose al grado de que se están sentando las bases para desatar la guerra, como única forma que tienen los bloques imperialistas del mundo para resolver momentáneamente sus contradicciones.

-Que en términos de la situación económica, el desarrollo del capitalismo mexicano y de su crisis, no sólo padece de los mismos síntomas del desarrollo del sistema capitalista-imperialista mundial, sino que, por ser un país neocolonial-dependiente del sistema imperialista (principalmente norteamericano), su gravedad, es mucho más acentuada y su impacto entre las masas proletarias, de la juventud y de los pueblos de México es de mayor brutalidad. Las últimas estimaciones de crecimiento económico, anunciadas de manera alarmante por los organismos financieros internacionales y nacionales, no sólo hacia la conclusión de 2013, sino proyectadas incluso hacia 2015, están por debajo del 50% de las anunciadas en diciembre-enero de 2012-2013, reconociendo incluso, que estaban por debajo de las que se requerían para reactivar el mercado interno y elevar los niveles de “productividad” y “competitividad”.

Que de mayo a la fecha, se van perfilando con mayor nitidez los dos polos principales, antagónicos e irreconciliables que de manera materialista y dialéctica, se engendran, se complementan, se oponen y avanzan hacia su ineluctable negación, a través de su superación positiva: la revolución proletaria comunista. El punto de apoyo principal (fuerte) de la contrarrevolución, sigue siendo la oligarquía financiera quién controla todos los hilos del desarrollo del capitalismo monopolista de Estado y de su crisis y que por tanto concentra en sus manos el monopolio del poder político, económico e ideológico del conjunto de la burguesía. En tanto, el punto de apoyo principal de la revolución proletaria, el proletariado industrial estratégico y su Partido Comunista Marxista-Leninista, aún es débil pero está en proceso de afirmación y confirmación, y va configurando la arquitectura de la dialéctica de la lucha de clases en la revolución proletaria en México.

Que la juventud y las masas populares, siguen combatiendo a diario la tendencia de fascistización que pretende imponerse en el país, por lo que están urgidos de alternativas organizativas revolucionarias, unitarias, antifascista y Antiimperialistas para orientar la lucha contra el régimen a puerto seguro.

Que la Unión de la Juventud Revolucionaria de México está luchando por ser una organización amplia de masas, Antifascista y Antiimperialista que agrupe en su seno a toda la juventud progresista y revolucionaria.

Que ha llegado el momento marcado por nuestros estatutos y el plan de trabajo trianual 2012-2014 de realizar la II Conferencia Nacional de la Unión de la Juventud Revolucionaria de México que pasara revista del trabajo realizado en el 2013 y proyectar el plan de trabajo del 2014.

Que hemos definido impulsar la Escuela Nacional de Formación política como el máximo espacio de formación político- ideológica. Que ha pasado un año de la batalla de San Lázaro 1DMX y el despliegue de la lucha de clases que hemos protagonizado en México, todas las clases y sectores de clases como continuidad de lo acumulado en el periodo anterior y en busca de respuestas al desarrollo capitalista y su crisis, tuvo un mayor empuje, que ha ido configurando una nueva correlación de fuerzas entre revolución proletaria y contrarrevolución en México.

Que el aniversario de esta batalla debe desarrollarse en las calles, en contra de la criminalización de la protesta social y por seguir proyectando la caída de las reformas estructurales y el régimen. 

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