Este último trimestre del  año, el coraje, la inconformidad, la rebeldía y el ánimo de luchar por la revolución crece entre la juventud. La tendencia a una nueva crisis financiera producto de la sobre producción de mercancías a nivel internacional se fortalece, la economía Mexicana se deteriora tanto por estos factores externos como por su condición de país dependiente, con la caída del costo del petróleo, la caída de peso frente al dólar, con un crecimiento del endeudamiento del estado,  con la privatización de los sectores estratégicos y recursos naturales las condiciones de vida del pueblo mexicano así como la anulación de las posibilidades de la gran mayoría de la juventud para tener un futuro digno empeorarán. A todo esto se agrega la putrefacción de las instituciones del estado que cada vez se desprestigian más,  el Informe entregado de la comisión  independiente del caso Iguala, que prueba de forma clara la culpabilidad del estado en estos hechos y su intento por buscar engañar al pueblo con falsas investigaciones, atiza más el fuego que estallara este 26 de septiembre con el  ensayo de huelga política general, el 2 de octubre con el paro nacional estudiantil, y el 12 de octubre con el paro nacional magisterial y con esto se iluminaran las tareas revolucionarias para el 2016.

Frente a la situación actual, ya no basta con la convocatoria a marchas y acciones simbólicas, es necesario proyectar formas de lucha más elevadas, esto implica el desarrollo de jornadas de lucha nacionales, de ejercicios de paros cada vez más largos y con más sectores involucrados, que todas las acciones  se dirijan hacia la afectación de la producción y circulación de mercancías, es decir contra la estructura económica del sistema capitalista, con todo esto la Huelga Política General se materializará y estaremos dando pasos concretos en la lucha por la caída de Peña Nieto y sus reformas estructurales; pero esto no lo lograremos con un decreto o con  concepciones aventureras, debemos garantizar que la consigna debidamente pase de la  propagandización a la agitación y de esta a la acción. Pero para que la huelga se materialice también necesitamos que cada paso que el movimiento popular dé sea resultado de la planificación, del análisis político y de la cohesión organizativa que el mismo movimiento debe tener, esto quiere decir que las convocatorias que lancemos para las acciones deben ser resultado del trabajo de Frente Único asambleario que realizamos en las escuelas, colonias, centros de trabajo y demás espacios que se cohesionen en una dirección práctica capaz de dirigir el movimiento.