El pasado 6 de noviembre la “junta de mal gobierno” de la máxima casa de estudios, la UNAM, definió quien ocupara el puesto del nuevo rector para el periodo 2015-2019. Lejos de lo que la mayoría de la comunidad estudiantil esperaba, de que la junta elegiría a uno de los 2 candidatos de la presidencia, del espurio Peña, es decir, Sergio Alcocer y Bolívar Zapata;  nos intenta sorprender delegando el cargo, disque de manera “democrática”, al señor Enrique Graoue, de la facultad de medicina, integrante del “grupo de los médicos”, caracterizado por “modernizar” los planes de estudios de algunas escuelas de la UNAM, entre otras cosas:
Lo cual es una maniobra que de manera astuta, pero hasta cierto punto precipitada y un tanto desesperada, decidieron tomar, pues sabían de la polémica y movilización en contra, que comenzó a generarse por las candidaturas de Alcocer y Bolivar, pues la comunidad de ante mano sabía que de haber llegado alguno de estos “respetables” señores, el proceso de privatización de la educación media y superior en la UNAM, se consolidaría, pues es evidente que estas “eminencias” representan los intereses más mezquinos del sector más reaccionario de los capitalistas en México.
Entonces, el hecho de que la junta haya optado por poner como rector a un candidato relativamente neutral o de bajo perfil, corresponde a 2 hechos a considerar: 1. Que de haber designado tanto a Bolivar como a Alcocer, las cosas se les podrían haber salido de control, pues el descontento hacia estas dos figuras iba cada vez más en aumento en el seno del movimiento estudiantil; y 2. En buena medida el hecho de que la junta tomara esta decisión fue gracias a la presión política que un sector del estudiantado, comenzó a desarrollar en sus escuelas y facultades, aunque se debe reconocer que dicha presión no adquirió las dimensiones más adecuadas para generar una movilización de masas, tanto a lo interno, como a lo externo de la UNAM.

Por lo que cabe preguntarse ahora, ¿el riesgo de consolidar el proceso de privatización en la UNAM, ha desaparecido, al no haber llegado a la rectoría alguno de los candidatos de EPN? Evidentemente la respuesta es negativa. Pues hay que recordar que quien al final del día es capaz de decidir todo cuanto sucede y se lleva a cabo en la universidad, no es el propio rector, sino el máximo órgano de dirección y toma de decisiones es la “junta de mal gobierno”, por encima de cualquier otro órgano colegiado en la universidad. De modo que independientemente de quién hubiera quedado en el puesto, la tendencia está ya marcada, y efectivamente el riesgo de consolidar la privatización de la máxima casa de estudios del pueblo no ha desparecido. Todo lo contrario, ahora será Graoue el elegido de ejecutar los acuerdos, así que el papel de la juventud revolucionaria, progresista, activista, contestataria y demás, debe seguir alertando a toda la comunidad estudiantil del peligro que esta sobre ellos, poniéndola en guardia para los próximos golpes que se avecinan para este nuevo periodo que se abre en 2016. El papel de los elementos conscientes en el movimiento estudiantil deberá ser de avanzada para lograr cumplir la gran tarea histórica de construir Organización Estudiantil permanente en toda la UNAM, fortalecer la Coordinadora Nacional Estudiantil y tomar las riendas de la educación en todo el país, a lado de la clase trabajadora del campo y la ciudad.