La penetración del capitalismo en
el campo mexicano ha provocado la proletarización o
semiproletarización de muchos sectores campesinos, a causa del
despojo de tierras, falta de tecnología, condiciones desfavorables
del clima y en general la incapacidad de competir contra las grandes
explotaciones agrícolas capitalistas; ahora solo cuentan con su
fuerza de trabajo dependen de un trabajo asalariado. El propio
surgimiento de estas grandes explotaciones agrícolas demanda de la
mano de obra de esos nuevos proletarios, jornaleros agrícolas, la
burguesía en su afán de incrementar la extracción de plusvalía,
sus ganancias, incrementa la jornada laboral y pauperiza las
condiciones de trabajo a condiciones inhumanas.
La situación de los
jornaleros agrícolas en México es similar a las condiciones en las
que vivían los peones de las haciendas del siglo XIX y XX. Es más
que frecuente la contratación de jornaleros con engaños,
prometiéndoles buenos pagos, el hacinamiento en campamentos con
mínimas condiciones de vida, amenazas por abandonar la finca, abusos
sexuales por parte de los patrones, entre otras muchas condiciones
que nos permite afirmar que se trata de esclavitud moderna.
La situación para
los niños y jóvenes es aún peor, pues su propia condición física
limita su resistencia a las malas condiciones de trabajo, pero son
obligados por la necesidad, pues el pago que reciben sus padres es
insuficiente para vivir y son familias enteras las que tienen que
trabajar, muchas migran de un lugar a otro según las labores
agrícolas lo demanden. En México, según el INEGI, 3.2 millones de
niños entre 5 y 17 años trabaja, de los cuales cerca de 352,000
trabajan en alguna actividad del sector agropecuario. De acuerdo con
la Ley Federal del Trabajo en su artículo 22 establece la
prohibición del trabajo de los menores de 16 años que no hayan
terminado su educación obligatoria, al menos que una autoridad
autorice la compatibilidad del estudio y trabajo; esta ley es
completamente violada en miles de casos.
Para erradicar el
trabajo infantil en las condiciones deplorables actuales, no solo se
necesita del respeto a la ley y una legislación más severa, lo que
se necesita es garantizar buenas condiciones de vida para la
población y no se vea en la necesidad de poner a trabajar a sus
niños para sobrevivir.
“10°
Educación pública y gratuita de todos los niños, abolición del
trabajo de éstos en las fábricas tal como se practica hoy;
combinación de la educación con la producción material, etcétera.”
Manifiesto Comunista, Carlos Marx.