El gobierno
federal realizó un recorte en el gasto social de 221 mil millones de pesos, de
acuerdo a las versiones oficiales el presupuesto para 2016 es de 4 billones 746
mil 946 millones de pesos, dichas maniobras realizadas por la SHCP, la Cámara
de Diputados y Senadores, responden a favor de la burguesía y su oligarquía
financiera para poder descargar los efectos de la crisis actual del capitalismo
sobre la clase obrera, el campesinado, y todos los trabajadores en general,
puesto que se reducirá la inversión en educación, salud, vivienda, etc. Ante
este fenómeno nos percatamos de que el Estado pese a fungir un carácter
clasista, está violando varios artículos de la Constitución Política como el 3,
25, 26, 123, entre otros.
Ante estas
medidas de austeridad, a ello añadirle, la devaluación del peso ante el dólar,
la deuda externa, la baja del precio de los energéticos, la inestabilidad
laboral, despidos masivos, privatización de la educación, etc., se ha
incrementado la inconformidad en los diferentes sectores populares contra estas
medidas ya que degradan las condiciones de vida, trabajo y estudio de los
mismos, entre esos referentes se encuentran los Petroleros del STPRM, el
magisterio democrático de la CNTE, los jornaleros agrícolas de San Quintín,
entre otros, sin embargo aún falta consolidar un referente que conjunte y
coordine todas los sectores, es por ello que consideramos la necesidad de
consolidar el Frente Único y la Huelga Política General que encarne en la
Asamblea Nacional del Proletariado y los Pueblos de México.
En ello
también reside la importancia de que la juventud se una y se organice contra
las estas imposiciones, puesto que no está exenta de sus consecuencias, que
empeorará su situación en el ámbito educativo y laboral porque están aumentando
las cuotas al igual que los aspirantes rechazados, se están cerrando escuelas
normales y las carreras de Ciencias Sociales y Humanidades, por otro lado, se
está incrementando el desempleo en la juventud, tampoco cuentan con los
derechos básicos como las prestaciones, seguridad social, aumentos salariales,
la posibilidad de generar una base, entre muchas otras.
Ante este panorama tan desalentador, la única
solución es el derrocamiento del régimen oligárquico que debe ser sustituido por
un régimen donde estén a la cabeza los trabajadores de la ciudad y el campo,
que convoque a una Nueva Constitución y una Nueva Constituyente.