“Una costurera vale más que todo la maquinaria del mundo”

Autoría: Colectivo feminista Polvo de estrellas (Prepa 1, Toluca, UAEMex)


Esta frase retumba desde el ’85 cuando miles de mujeres se organizaron para crear el Sindicato de Costureras “19 de septiembre”, en memoria de todas las compañeras costureras sepultadas bajo los escombros de un gobierno corrupto, una industria deshumanizada y una sociedad indiferente.
Tras el terremoto de 1985 y la creación del sindicato se logró visibilizar las pésimas condiciones laborares de las trabajadoras de la industria textil y a pesar de la conmoción que causó entre la población, 32 años después, las condiciones laborales de estas mujeres son peores. El 19 de septiembre del 2017 se repitió la misma historia de horror y tragedia que sacudió al centro del país como hace 32 años. La forma de vida de estas mujeres había sido olvidada, porque al entrar a una tienda de moda poca es la gente que se detiene a pensar sobre la explotación que adorna las prendas.
Esa explotación que también mata como los terremotos, que deja secuelas, enfermedades, dolores crónicos y que desecha la mano de obra que ya no rinde. Esa mano de obra son migrantes centroamericanas, obreras asiáticas, indígenas, menores de edad y mujeres trabajadoras contratadas de manera ilegal para ser explotadas durante 14 horas diarias, sin tiempo para comer o descansar y obligadas a usar pañales para evitar ir al baño, en un lugar en condiciones deplorables, recibiendo el sueldo mínimo o cobrando por destajo labores extenuantes, despedidas por estar embarazadas o enfermas y sufriendo hostigamiento de índole sexual que hace menos soportable la jornada de explotación laboral a la que se someten miles de mujeres todos los días en nuestro país.

Esta situación se hace más difícil de resolver porque la dirección de las empresas se escuda tras los famosos sindicatos “charros”, es decir que tienen un vínculo con el gobierno para controlar, sostener y reproducir la explotación laboral y la precarización de la comunidad obrera acumulando riqueza y empoderándose a costa del empobrecimiento del sector trabajador. Es imposible no visibilizar que la mayoría de estas personas explotadas y precarizadas son mujeres y estas mismas son las que alimentan, en la mayoría, las cifras de mujeres asesinadas y violadas en el país.

Las luchas en contra de este sistema explotador, aunque fuertes, han sido poco eficientes ante la indiferencia de la sociedad y la corrupción del gobierno que apoya con represiones* cuando la comunidad manufacturera manifiesta sus inconformidades y exige que se atiendan necesidades básicas. La Secretaria del Trabajo no cumple con sus facultades, pasando desapercibidas las violaciones a los derechos humanos y a La Ley Federal de Trabajo.

Es hora de organizar movimientos que luchen contra los abusos laborales y la violencia, visibilizar y denunciar el acoso laboral que soportan las mujeres trabajadoras en este país con tal de recibir máximo dos sueldos mínimos por día exponiendo su integridad física a las redes de trata de personas, a ser asaltadas, violadas o asesinadas tal como la organización que se está dando en el norte del país, una gran huelga de trabajador@s de la maquila en Ciudad Juárez, esta medida es resultado de un sistema corrupto manejado por una explotación capitalista contra el cual nos tenemos que organizar toda la sociedad para garantizar nuestros derechos.

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