Participación de la juventud en las jornadas de movilizaciones en Francia |
La masiva confrontación callejera contra las políticas del gobierno ha
frenado el alza de los combustibles, tiene de antecedentes la lucha de la juventud en 2006 que echó abajo
el Contrato del Primer Empleo, medid a muy similar a la propuesta por AMLO en su proyecto “Jóvenes construyendo futuro” y las masivas movilizaciones en 2016 contra la reforma laboral impulsada por un gobierno que se decía “de izquierda”.
La juventud y los trabajadores
franceses han dado una importante muestra de lucha contra las políticas del
gobierno de Macron. Más de 125 mil personas se movilizaron el 8 de Diciembre en
la cuarta jornada de movilizaciones, pese a los esfuerzos del gobierno por
desmovilizar a la población, donde amenazó a manifestantes, blindó París, empleó 89 mil efectivos, realizó
“arrestos preventivos”, detuvo a más de 700 jóvenes secundarios, uso a
un sector del movimiento para llamar a la calma y anunció la cancelación del
alza a los combustibles y la congelación
de las tarifas de la electricidad y el gas.
Estas acciones nos recuerdan que
en México se cumplen dos años de que el régimen de EPN impusiera una reforma al
mercado de la gasolina que trajo consigo un aumento inmediato de hasta el 20 por
ciento del precio de la gasolina y de manera gradual alcanzó el 78 por ciento
durante el sexenio de Peña; la medida fue enfrentada con acciones
fundamentalmente espontaneas de la población que no pudieron dirigirse de
manera gradual a elevar el nivel de organización y movilización nacional.
El pueblo Francés viene
profundizando sus reivindicaciones y claridad política, de ahí que no cedió en
la última movilización y llamó a nuevas protestas. Dentro de los antecedentes
de este movimiento, están las movilizaciones de la juventud en 2006, cuando
tomó las calles contra el proyecto de Contrato de Primer Empleo impulsado por
la derecha; las movilizaciones rebasaron el millón de personas.
Los Franceses rechazaban esta
medida pues establecía la posibilidad para los empleadores, de firmar
“contratos de primer empleo” con jóvenes de entre 15 y 26 años;
un contrato de duración indeterminada en el cual, y en el lapso de los
dos primeros años, el empleador podría
terminar el contrato sin pago de indemnización alguna. Dicha medida era
criticada pues habría paso a precarizar todos los empleos, se generaba un
vínculo autoritario de obediencia, en muchos casos podía obligar a los
trabajadores a laborar durante jornadas más extensas, los jóvenes podrían
permanecer empleados hasta por 10 años en condiciones precarias, así mismo
habría paso para que jóvenes de 14 años, en edad de estudio ingresaran a las
empresas.[1]
Una medida similar se ha
propuesto por el nuevo gobierno en México a través del programa jóvenes
construyendo futuro que prevé una beca mensual de “capacitación en el trabajo” por 3 mil 600
pesos hasta por un año, para jóvenes de entre 18 y 29 años, siendo la
afiliación al IMSS el único derecho del que gozarán, tendrán que ajustarse a los
horarios y días laborables de la empresa (el 70 por ciento de beneficiarios
estarán en la iniciativa privada), la empresa podrá desprenderse del
beneficiario sin indemnización; en otras palabras se destinarán recursos
públicos para pagar el salario que le correspondería otorgar a la empresa, para
dar un monto desigual por un trabajo igual del que tendrán los empleados
formales y la ley no obligará a la empresa a
contratar formalmente al “aprendiz”, ni siquiera a mantenerlo durante
todo el año.
EN 2016 la juventud francesa
también tomó las calles, contra la reforma laboral impulsada por el gobierno
que se denominaba de izquierda de François Hollande, los dos puntos más
rechazados fue incluir en la ley para
despidos colectivos los descensos en las
cifras de negocios como motivos justificables y la rebaja en las
indemnizaciones máximas por finalización forzosa de contratos, en esta ocasión
los trabajadores tomaron también parte de las protestas y la huelga general
rebasó el millón de personas movilizadas.
Esta experiencia también es
importante pues pese a que en su momento los partidos de la burguesía, tanto la
izquierda y la derecha aprovecharon de la inconformidad del pueblo para
colocarse en el poder se viene evidenciando
ante el pueblo la limitación de la democracia burguesa y el sistema para
responder a sus intereses.
Un último aspecto a resaltar es
la movilización de los estudiantes en la
actual coyuntura, pues en el marco del movimiento de los chalecos
amarillos también han sido protagonistas con las demandas de su sector, más de
200 escuelas han sido tomadas, en contra de la Parcoursup y la reforma de la
licenciatura, que pretenden abrir paso a los exámenes de selección, un claro retroceso pues actualmente todos los
egresados del nivel medio superior tienen un puesto asegurado en cualquier
universidad pública.
En nuestro país más de 186 mil
jóvenes quedaron fuera de las principales universidades públicas autónomas
durante el proceso de admisión 2018, tocara al gobierno de AMLO dar respuesta a
esta problemática pues en tan solo 3 meses una nueva ola de jóvenes buscara el
acceso y el nuevo gobierno ha planteado eliminar los exámenes de admisión,
tocará a la juventud luchar por un reconocimiento constitucional del derecho a
la educación pública universitaria universal y gratuita, una aspiración que se
ha conquistado en otros países, y es una expresión real de cambio, que choca
con las intenciones del nuevo gobierno de fortalecer la educación privada como
opción para la juventud a través de los recursos públicos.
En el actual escenario los
sucesos de Francia y México no son
opuestos, son una expresión de la realidad del sistema capitalista, en donde la
lucha de los obreros, la juventud y los pueblos tiene un carácter internacional,
que nos enseña el camino a seguir en nuestro país.
[1]
Las reformas al Código de Trabajo en Francia: El Contrato de Primer Empleo
(CPE) y el malestar social de la juventud. Por Armando Novoa García