El 10 de abril de 1919 es asesinado Emiliano Zapata Salazar por órdenes de Venustiano Carranza en Chinameca, Morelos. A diferencia de caudillos como Madero, Huerta o Carranza -que defendían intereses capitalistas e imperialistas-, el Caudillo del Sur -como se le conocía- junto con el Centauro del Norte Francisco Villa , defendieron los ideales de los campesinos, los obreros y las masas populares en general por el derecho a la educación, la libertad de expresión, a la revocación de mandato, al trabajo, entre otras garantías que costaron la sangre tanto de los trabajadores como de los pueblos de México, y que lograron estipularse respectivamente en los Artículos 3, 6, 39, 123 las ya mencionadas haciendo alusión a unas cuantas pese a la obstinación de los Constitucionalistas que pretendían imponer leyes a favor del capital, cuando los Convencionalistas presionaron hasta alcanzar dichos derechos, al menos los más elementales.
El 6 de diciembre de 1914 Zapata y Villa toman el poder después de que las tropas libertadoras victoriosamente se imponen en la Ciudad de México, pese a que no lo mantuvieron cumplieron su papel histórico al demostrar que es posible derrotar a las fuerzas reaccionarias sin importar la magnitud de sus recursos económicos, políticos, ideológicos y militares.
Aunque se cometió ese error estratégico por la falta de claridad en torno al poder político, Zapata si entendía que la alianza del proletariado y el campesinado era fundamental para derrocar el yugo de la burguesía al igual que la supremacía de los terratenientes, así lo demostró en su escrito en solidaridad con la Revolución Bolchevique en su Declaración del 14 de febrero de 1918.
Durante el primer quinto del Siglo XX también observamos que dicho proceso tuvo pocas posibilidades de triunfo porque el movimiento comunista no se encontraba lo suficientemente maduro para unificar la lucha proletaria-popular en un Partido de Vanguardia, es decir, las condiciones objetivas ya habían madurado, cosa que no se dio con las condiciones subjetivas, que consistían en dotarle de un programa, una estructura y una perspectiva organizativa  que permitiera que las masas ejercieran el poder y no se limitara solamente a conseguir mejoras parciales en las condiciones de vida de las masas dentro del marco capitalista, profundizándola hasta convertir la revolución burguesa en revolución proletaria, que reside en desaparecer la explotación y opresión del hombre por el hombre, en vez de sustituir un grupo de explotadores y opresores por otros.
Dentro de la división entre las masas proletarias y populares, las pugnas interburguesas e interimperialistas se reacomodaron hasta imponer en los años 20's y 30's del siglo pasado un bloque de organizaciones y sindicatos al servicio de la patronal para que los trabajadores no levantaran la perspectiva de la revolución proletaria, estos referentes que asumieron el charrismo y el corporativismo, fueron bastante funcionales para que la ideología marxistas-leninistas en el país influyera más en segmentos de la pequeña burguesía (artistas, intelectuales, maestros, estudiantes, etc.) adoleciendo de una base obrero-campesina considerable.
Reivindicamos al General Emiliano Zapata Salazar partiendo de que sigue siendo un símbolo de resistencia por la emancipación nacional y social, no debemos caer en el juego del régimen porque las menciones superficiales que hacen en la historia distorsionada se limitan solamente a rodear su imagen de sentimentalismos, romanticismos, efemérides y estatuas vendiendo la idea de que "los tiempos de ahora son otros" o que gozamos plenamente de "libertades y derechos" cuando la oligarquía está pisoteando todas esas garantías que fueron arrancadas con millones de muertos, en nuestras manos está defenderlas y llevarlas a la mayor plenitud posible imponiendo el gobierno del trabajo sobre el yugo del capital.
Nuestra obligación en la actualidad no es solamente defender la tierra y el producto de su trabajo como lo hizo Zapata en favor del productor contra el usurpador,  debemos comprender que esta lucha solo es una parte de un objetivo estratégico, que hoy el neo-zapatismo que influye de manera importante en la juventud y sectores importantes del campesinado han abandonado y es la necesidad de la revolución.
Los proyectos autonomistas se han inclinado por una perspectiva reformista al concebir su proceso por fuera de las necesidades materiales del proletariado y los pueblos, que requieren elevar su nivel de organización y conciencia. Buscan la resistencia al capitalismo, sin desbordar los límites impuestos por este, abandonando la perspectiva del poder político; así también lo han hecho un amplio número de organizaciones campesinas, que pese a defender los derechos económicos del pueblo, se limitan a tratar de no sucumbir ante los embates del gran capital.
Para la Juventud Revolucionaria, el legado de Zapata representa una experiencia histórica, que debe ser reivindicada en sus avances y sus límites, porque somos herederos de un proceso vivo que sigue apuntando a la Revolución Proletaria.