Dentro del capitalismo y una de sus caras más salvajes el neoliberalismo, se trata siempre de crear mercancías de manera intensiva y extensiva, en lugares así como actividades donde antes no existían, un ejemplo de ello es la educación, el caso más representativo fue el intento de privatización de la Universidad Nacional Autónoma de México, es decir convertir la educación media y superior en una mercancía, a ya veinte años, la lucha estudiantil universitaria ha marcado un lugar en la historia en defensa de la educación pública. Cuando el capital, sus ideólogos, sus aparatos financieros nacionales e internacionales tenían en puerta llevar más allá las llamadas reformas estructurales características del régimen neoliberal, se toparon de frente con uno de los últimos vestigios de lucha en las universidades públicas, organizaciones políticas entre ellas de manera destacada la UJRM, estudiantes y parte de la población dieron ejemplo de una táctica aguerrida: la huelga.

Y es que cuando se agotan las posibilidades en la lógica de la ganancia, la organización es la respuesta más certera, la acción marca el verdadero camino de qué debe o no debe seguir, la lucha de clases se intensifica, no para, y hay que marcar el paso de a dónde ir, una huelga encabezada por quienes sabían las posibles consecuencias futuras de no ser concretos en estrategia, llevó a echar atrás cualquier intento de privatización por lo menos en un lapso importante.

Esto no quiere decir que con aquella victoria se haya dejado atrás el intento de privatizar y limitar la educación, hoy vemos primero como se avanza en ciertas partes de manera silenciosa, en otras descaradas. Hoy esto converge con la precarización laboral en los centros educativos, en universidades estatales y algunas otras como la UAM así como la Universidad Autónoma de Chapingo, en estas últimas se ha echado mano de la táctica de la huelga, ahora por los trabajadores, nos encontramos en una etapa de supuesta “abolición” del neoliberalismo, vemos como siguen las mismas acciones en contra de la educación pública, la lucha de clases no se detiene, toca hoy como hace veinte años a trabajadores, estudiantes y clases populares fijar su posición, no dejar de evidenciar la naturaleza del capitalismo y el neoliberalismo, sobre todo encontrar la vía de cambio por la organización, la creación de la táctica de la huelga general y el frente único para materializarlo.