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URTARTE, 1 de mayo 2019, solidaridad con el Movimiento Obrero 20/32 |
Para
iniciar el planteamiento es necesario hacer notar la falta de
espacios donde se expongan las inquietudes, se eleve la exposición y
el debate sobre estos temas con la participación de diversos
sectores populares, dando pie a la necesaria información y discusión
que rebase los marcos formales del arte encasillado solo para
determinadas elites y artistas.
Iniciaremos
señalando que los artistas e interesados en la práctica y
comunicación de la cultura artística deberán considerar la fuente
general de la que nacen y de donde se desarrollan las ideas sociales,
el papel las ideas sociales, el papel que éstas desempeñan en el
desarrollo de la sociedad en su conjunto, y el problema del
nacimiento y el desarrollo de las distintas formas de la conciencia
social por separado como el arte, de sus relaciones mutuas y de la
función específica de cada una de ellas (abarca las concepciones
políticas, jurídicas, morales, religiosas, artísticas, filosóficas
y otras concepciones sociales, los conocimientos científicos
incluyendo los de las ciencias naturales, la psicología de las
distintas clases sociales, etc.) en el desarrollo de la sociedad. Es
así como el materialismo histórico nos enseña que la conciencia
social es el reflejo de las condiciones de la vida material de la
sociedad, de los seres humanos.
Los idealistas buscan la fuente de
que manan las ideas sociales, las teorías políticas, las
concepciones religiosas, artísticas y de otra clase, en el campo de
la conciencia, en el campo de las ideas, en las cabezas de tales o
cuales pensadores creadores de esas ideas y teorías. El materialismo
histórico enseña que la fuente real en que se originan las ideas
sociales, la fuente de la que brota y en la que se forma la vida
espiritual de la sociedad hay que buscarla en las condiciones de la
vida material de la sociedad misma y así comprenderemos porque en
distintas sociedades o en diferentes fases del desarrollo histórico
existen diversas ideas y concepciones sociales, porqué estas
concepciones e ideas cambian al cambiar las condiciones de vida de
los hombres. Y esto será de acuerdo a cada fase del desarrollo
histórico del modo de producción de que se trate.
Las
concepciones políticas, jurídicas, morales, religiosas, artísticas
y filosóficas de la sociedad constituyen la parte ideológica de la
supraestructura erigida sobre una base económica históricamente
determinada. El materialismo histórico nos lleva también a que la
sociedad está dividida en clases y por lo tanto no puede existir una
ideología situada al margen de las clases, no puede haber ideas
políticas y jurídicas, moral, concepciones filosóficas,
artísticas, etc., por encima de las clases. Desde la división de la
sociedad en clases enemigas, en opresores y oprimidos, en
explotadores y explotados, la ideología ha tenido un carácter de
clase, de partido. La ideología dominante siempre ha sido, la
ideología propia de la clase dominante en lo económico y en lo
político.
Pasemos
pues a señalar que la forma ideológica política y jurídica de la
conciencia social es la que más cerca se encuentra de la
base económica de la sociedad, pero la atención que nos merece de
esa conciencia social es la del arte. El arte es como las
demás formas de la conciencia social, un reflejo de la vida, de la
realidad, una manera de conocer ésta. A diferencia de la ciencia, el
arte ofrece un conocimiento, una reproducción de la realidad, de la
vida social de la existencia y las costumbres de los hombres no a
través de conceptos, sino por medio de imágenes artísticas; nos
referiremos a las imágenes del arte realista mismas que reflejan y
expresan los rasgos más esenciales, de la realidad representada de
la vida social, vistos a través de lo individual. El artista al
crear sus imágenes nos ofrece bajo las formas de caracteres
individualizados y de sucesos concretos un reflejo de los rasgos
esenciales de la vida social, de la psicología, de las costumbres,
de la fisonomía moral de tales o cuales clases sociales.
El cúmulo
de las obras creadas por el arte revela ante nosotros todo un mundo
de relaciones sociales y acontecimientos históricos. En el arte
cobra su expresión la ideología de una determinada clase. El arte
puede influir sobre la vida social en un sentido progresivo o
reaccionario, con arreglo a su contenido ideológico. El arte
reaccionario sirve a los intereses de las fuerzas sociales
reaccionarias y caducas. El arte avanzado expresa los intereses de
las fuerzas sociales progresivas y lucha contra el régimen social
reaccionario, contra las clases reaccionarias y su ideología, contra
las concepciones estéticas retardatarias. El arte brota de las
necesidades de la práctica social y, al mismo tiempo condiciona a
esta práctica, con sus medios específicos, artísticos. El hombre
ve , descubre en el mundo exterior, en la vida social, en la
fisonomía espiritual de las gentes, algo distinto, lo que se llama
lo hermoso y lo monstruoso, lo bello y lo feo, lo admirable y lo vil,
esas cualidades que producen en nosotros lo que se califica de
deleite estético o por el contrario, la repulsión estética.
Los
representantes de la estética “distinguida”, señorial y
burguesa entienden que el arte sólo tiene que ocuparse de lo bello.
Siendo una concepción en que el arte se abstenga de criticar los
aspectos negativos de la sociedad basada en la explotación. Pero el
arte realista, objetivo tiene como misión representar y ha
representado siempre, no solo lo bello, sino también lo feo, lo
grande y lo vil, lo positivo y lo negativo, desenmascarando lo
despreciable, lo vulgar y lo caduco y provocando en el pueblo el odio
hacia ello. En una sociedad de clases son los intereses de clase y
la lucha de clases los que influyen directamente sobre el desarrollo
del arte y sobre su carácter, además las distintas formas
ideológicas, las teorías políticas y jurídicas, la religión, la
moral, el arte y la filosofía. Para analizar el desarrollo del arte,
hay que partir de la naturaleza del régimen social imperante y de
sus fundamentos materiales, económicos, etc. en tal o cual país,
las condiciones concretas históricas de la vida del pueblo, la
situación y los intereses de las diversas clases sociales y la lucha
entre ellas. Por tocar un aspecto, el encanto estético imperecedero
del gran arte clásico reside en su carácter popular, en que sabe
expresar las ideas, las aspiraciones, los sentimientos, las
esperanzas y los anhelos del pueblo en contra de la opresión social
y la explotación.
Y
bueno pasemos a lo que para muchos les causa escozor. La visión de
Carlos Marx, al señalar la hostilidad directa de la producción
capitalista con respecto a ciertas ramas del desarrollo espiritual,
especialmente el arte y en particular la poesía. Esta posición
hostil del capitalismo frente al arte y la poesía nace de la
división capitalista del trabajo, que deforma y mata la
personalidad, y del hecho de que el móvil fundamental de la conducta
del hombre, bajo el capitalismo, es el lucro, el dinero, la sed de
acumular por la acumulación misma y bajo la realidad según la cual
todo se compra y se vende: la conciencia y el honor, la dignidad del
hombre el amor y la amistad. Lo que demuestra que las grandes
creaciones del arte en la época del capitalismo-imperialismo no se
deben a los progresos de la burguesía o incluso a los éxitos de la
técnica y de la industria como sostienen los sociólogos vulgares,
sino a causas más complejas que coinciden con los periodos de auge
social, con los periodos de lucha de las fuerzas sociales avanzadas,
de las masas populares.
Los teóricos del arte, los artistas y
sociólogos idealistas se equivocan cuando afirman que el arte vive
un mundo aparte, al margen de la sociedad y de la política. Una
referencia importante también la hace V. I. Lenin al desenmascarar
las ideas burguesas en torno a la idea de la “libertad del arte”,
en la sociedad burguesa, cuando decía con mucha razón: “Es
imposible vivir en la sociedad y hallarse libre de ella. La libertad
del escritor, del artista o del actor burgués no es otra cosa que la
supeditación disfrazada (o hipócritamente encubierta) al rico, a la
corrupción, a los medios de sustento”. Hasta las tendencias
formalistas, tales como el “arte puro”, “el arte por el arte”,
cumplen una función de clase, como es la de apartar a las masas de
la lucha política en interés de los explotadores, inocular su arte
reaccionario en las aspiraciones de millones de trabajadores y los
pueblos.
La agresión cultural de las potencias imperialistas va en constante crecimiento. Esta agresión, parte integrante de la estrategia de las superpotencias se esfuerza por embaucar y destruir las culturas nacionales. Trata de liquidar estas grandes expresiones y patrimonio de los pueblos, para sustituirlos con el arte intoxicante al servicio de los intereses hegemonistas de los sistemas agresivos.
La agresión cultural de las potencias imperialistas va en constante crecimiento. Esta agresión, parte integrante de la estrategia de las superpotencias se esfuerza por embaucar y destruir las culturas nacionales. Trata de liquidar estas grandes expresiones y patrimonio de los pueblos, para sustituirlos con el arte intoxicante al servicio de los intereses hegemonistas de los sistemas agresivos.
Es
así como en nuestra época del imperialismo que representa la
putrefacción del capitalismo y la ofensiva de la reacción y la
oligarquía financiera sobre los pueblos, trae consigo el declive,
la decadencia y la descomposición del arte burgués. Un arte que se
propone matar en los trabajadores la voluntad de lucha contra sus
opresores, desmoralizarlos; el desprecio al hombre y a la vida, el
empeño por presentar la existencia como obra del azar, la
predicación de la guerra, del individualismo pequeño burgués, etc.
También el arte burgués expresa el formalismo en diversas variantes
y modalidades como el simbolismo, surrealismo, dadaísmo,
abstraccionismo, etc. donde uno de sus rasgos es la ausencia de
ideas, el divorcio entre la forma y el contenido, el culto a la
forma, el culto a la fealdad. En las grandes obras de arte existe una
adecuación, una armonía entre el contenido ideológico y la forma
artística.
Para nosotros el arte socialista es el heredero de lo mejor y lo más
progresivo creado por la humanidad en el campo de la creación
artística, ese arte del proletariado revolucionario va germinando ya
bajo las condiciones del capitalismo, en la perspectiva de
desarrollarse ampliamente después de la revolución socialista sobre
el suelo y el espacio del régimen social y político del socialismo.
Esto también requiere del estudio y análisis de lo que fue la lucha
y experiencia socialista en particular de la URSS y Albania; el gran
debate ideológico y político que se dio, así como la
materialización de la cultura artística de los pueblos en su
emancipación.
Unión Revolucionaria de Trabajadores del Arte (URTARTE)