El 17 de septiembre aprobarán la propuesta de Ley de Trabajadores no asalariados, que pretende regular la prostitución así como planea regular a los vendedores ambulantes en la Ciudad de México.Los diputados y diputadas de Morena, Temístocles Villanueva y la diputada Diana Sánchez Barrios presentaron su propuesta de ley.
Esta ley busca legalizar el sexoservicio, prohíbe los cobros por uso del espacio de la vía pública. Sin
embargo, se plantea que las autoridades cobren una tarifa única a
las personas que dan servicios sexuales en la ciudad, además,
quienes se dediquen a esta actividad deberán obtener una licencia
para desempeñar su labor mediante la cual podrán obtener
preservativos en cualquier centro de salud, tendrán derecho a un
seguro de desempleo por enfermedad, incapacidad o discapacidad.
A
pesar de todo, sabemos que estas mujeres y hombres dedicados al
servicio sexual no tienen ni tendrán derechos laborales, salario
mínimo estandarizado, vivienda propia, prestaciones ni pensión.
Se
dice que la prostitución es un camino fácil pero las estadísticas
nos arrojan una realidad muy turbia. El 68% de las mujeres sufren
síndrome de estrés post traumático, más de la mitad de mujeres
han sido golpeadas por sus clientes, sufren abusos, amenazas y
violaciones. La tasa de mortalidad de las personas sexoservidoras es
40 veces más alta que la de la población en general.
Kollontai
ya en 1921 planteaba que la prostitución es sobre todo un fenómeno
social; está estrechamente conectado a la necesitada posición de la
mujer y su dependencia económica con respecto al hombre en el
matrimonio y la familia. Las raíces de la prostitución están en la
economía. La mujer, por un lado, está en una posición
económicamente vulnerable, y, por el otro, condicionada por siglos
de educación para esperar favores materiales de un hombre a cambio
de favores sexuales – ya se den estos dentro o fuera de la atadura
del matrimonio. Esta es la raíz del problema. Aquí está el origen
de la prostitución.
La
moral de la 4T busca obtener el máximo beneficio de las ganancias del
ambulantaje, entre estas, la prostitución callejera, ya no es
suficiente la cuota para lúmpenes, padrotes y madrotas, ni la cuota a
los grupos mafiosos del comercio informal, para ser parte del
ambulantaje con permiso de 5 años y ocupar los espacios asignados- se reconoce como zonas de trabajo a las casas de cita y table dance-, hay que pagar también al gobierno más impuestos canalizados a la
Secretaría de Administración y Finanzas.
Quienes
se dedican a la prostitución son pobres, son migrantes, no les
alcanza el salario capitalista y ante la necesidad de su familia
comercializan con sus cuerpos. No criminalizamos a las mujeres y a
los hombres que se dedican a esto, pero sí luchamos contra la
deserción laboral, en contra de que las personas eviten un trabajo
productivo para la sociedad, contra la insalubridad, la trata de
personas y todo tipo de explotación.
La
comunidad de mujeres, es decir aquellas que en interés de mejorar su condición de vida, ponen a disposición la venta o renta de su cuerpo, es un fenómeno moral y práctico que pertenece únicamente a la
sociedad burguesa, y que se cumple hoy día con la prostitución que
descansa en la propiedad privada y desaparece con ella. En
consecuencia, el régimen comunista, lejos de introducir la comunidad
de mujeres, por el contrario, suprimirá toda prostitución oficial y
no oficial, no habrá en la sociedad del trabajo la mercantilización del cuerpo para satisfacer los intereses de unos cuantos.
En un sentido general, la prostitución, en nuestro país igualmente, planteará ante nosotros difíciles problemas a resolver. Se trata de atraer a las y los sexoservidores al trabajo productivo, asignarle una plaza en la economía social, que por medio del trabajo liberado, desalarizado, retribuido en base a su producto, puedan ser autosuficientes trabajando, sólo su independencia económica les permitirá ejercer libremente su sexualidad, lo que, en el estado actual de nuestra economía y en las condiciones actuales, es una cosa complicada, difícilmente realizable sin la organización-movilización de la clase obrera, los trabajadores, el pueblo por educación, trabajo, servicios públicos, es decir la sociedad oprimida y explotada al frente de la reconstrucción del tejido social.
En un sentido general, la prostitución, en nuestro país igualmente, planteará ante nosotros difíciles problemas a resolver. Se trata de atraer a las y los sexoservidores al trabajo productivo, asignarle una plaza en la economía social, que por medio del trabajo liberado, desalarizado, retribuido en base a su producto, puedan ser autosuficientes trabajando, sólo su independencia económica les permitirá ejercer libremente su sexualidad, lo que, en el estado actual de nuestra economía y en las condiciones actuales, es una cosa complicada, difícilmente realizable sin la organización-movilización de la clase obrera, los trabajadores, el pueblo por educación, trabajo, servicios públicos, es decir la sociedad oprimida y explotada al frente de la reconstrucción del tejido social.