El 20 de febrero del presente se realizó una manifestación, convocada por el Comité Ejecutivo Estudiantil (CEE), al interior de la Universidad Autónoma Chapingo, entre las diferentes demandas destacaban el no a las huelgas y la defensa del derecho a la educación, todo esto en un aparente enfrentamiento entre estudiantes y sindicatos (principalmente contra el Sindicato de Trabajadores (STUACh); finalmente la protesta terminó con realización de una reunión estudiantil y el acuerdo de realizar una “huelga estudiantil a puertas abiertas”.
Existe un justo descontento dentro de la comunidad por la reiterativa
perdida de clases, pero que erróneamente se ha descargado contra los sindicatos.
Muchos estudiantes creen que las huelgas son culpa solo de los sindicatos, sin
embargo, desconocen que detrás hay meses de negociaciones entre las autoridades
universitarias e instancias federales como la Secretaria de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) y la Junta de Conciliación
y Arbitraje, al no haber acuerdos suficientes los sindicatos ejercen casi como
último recurso su derecho a huelga.
De
manera equivocada se ha puesto en disyuntiva el derecho a la huelga y el
derecho a la educación, olvidando que ambos son conquistas del pueblo, ambos
conquistados durante la Revolución Mexicana. ¿A qué responde el rechazo de los
estudiantes a la huelga? De manera breve podemos decir que es el resultado del
distanciamiento de la UACh con sus ideales revolucionarios plasmados en la Acta
de Inauguración de 1923, pese al desgastado discurso de “preparar los agrónomos
que México necesita” nuestra educación es cada vez más acorde a los intereses
de los empresarios, en general nos educan, aunque no nos demos cuenta, para
salir al campo a mandar “para ser patrones”, esto es parte de un silencioso
proceso de elitización reflejado principalmente en los cambios de planes de
estudios, carga académica y el proceso de admisión.
La llamada huelga estudiantil terminó 4 días después con la promesa de
rectoría de apoyar en la elaboración de un amparo, apelando en la supuesta
violación del derecho a la educación por las huelgas; hasta el momento no hay
un resolutivo. El 6 de marzo, después de varios emplazamientos, inicio la
huelga del STUACh, así se demostró que pese a los intentos de enfrentar a los
estudiantes y trabajadores para evitar la huelga, la única solución al
conflicto laboral es resolver las demandas del sindicato.
A los estudiantes nos queda exigir el pronto regreso, que las distintas
partes pongan de su parte para el éxito de las negociaciones, pero más
importante es exigir la participación de los estudiantes en la toma de
decisiones de la universidad, terminar con la corrupción y gastos innecesarios
del presupuesto universitario y un combate real contra la violencia entre estudiantes,
trabajadores y profesores, principalmente hacia las mujeres. Solo así tendremos
un ambiente ideal para el desarrollo de la UACh.