La crisis azotará
inevitablemente, qué tan profunda será, es la cuestión. La CEPAL
prevé que los efectos de la nueva crisis sean incluso más
devastadores que la pasada crisis del 2008,
que podría conducir a un aumento de la tasa de
desempleo prevista hasta un 10% más y que aumente la pobreza de los
185 millones actuales a unos 220 millones en América Latina. La
juventud afronta de por si un elevado índice de desempleo y
subempleo, y son más vulnerables frente a una disminución de la
demanda de mano de obra, como se constató a raíz de la última
crisis.
De acuerdo con el
Observatorio laboral 2019, (OLA), el comercio es el sector que
concentra actualmente el mayor número de personas ocupadas y es uno
de los sectores que emplean el mayor porcentaje de jóvenes entre 16
y 24 años, 40%. Muchos de ellos trabajan bajo el esquema de
outsourcing.
La reforma laboral del
2012 benefició a empresas como Alesa, la cual en dicho momento se
posicionó, a través de la adquisición de franquicias, como la
mayor restaurantera de la región. La gran concesionaria de más de
4,300 restaurantes y patrón de más de 30 mil trabajadoras y
trabajadores tan sólo en México anuncia que les “ha invitado” a
tomar una ausencia laboral por 30 días sin goce de sueldo. Mientras
la juventud se queda sin goce de sueldo, la burguesía se pensará
justificar porque sus acciones en la bolsa están decreciendo, todos
sus restaurantes valen 1,13% menos que ayer.
De
fondo lo que busca Alesa, como cualquier empresa capitalista, es
mantener sus ganancias, incluso aumentarlas. Ya que la posible
inflación solo representará un proceso re distributivo, el aumento
de precios a salario constante, afecta al trabajador, pero el
capitalista se beneficiará, de su tajada de ganancia obtendrá aún
más que en los precios pasados. Ante la crisis hay un proceso de
rapiña re distributivaa, las pérdidas y los costos serán cargados a
los bolsillos de los trabajadores.
Es tiempo de demandar al
gobierno de la Cuarta Transformación que las becas -cuyos fondos se
obtienen de los impuestos del pueblo trabajador- para las
capacitaciones del programa Jóvenes Construyendo el Futuro,
provengan del bolsillo de los empresarios, en forma de salarios, es
tiempo de garantizar el derecho a la contratación colectiva de
trabajo con pleno goce de derechos laborales para avanzar en resolver
la crisis de desempleo de la juventud preparada.