Los estudiantes del país y de gran parte del mundo, por instrucciones de los responsables de la secretaria de salud y de educación, desde niveles básicos, medio superior y superior, suspendieron actividades escolares en todos los campus de las instituciones del 20 de marzo al 30 de abril; esto orilló a que las instituciones educativas plantearan tomar clase online, subir trabajos escolares a través de una plataforma en portales que la universidades habilitaron por el periodo de convivencia a distancia.
No es la escuela la que modifica las estructuras sociales, sino las estructuras sociales las que le proporcionan un firme soporte para sus avances.
Así por ejemplo, las prevenciones metodológicas para el aprendizaje que exigen formar "grupos homogéneos", por edad, conocimientos, aptitudes, etc. resultan superadas por una acción educativa que tiene tareas más importantes que la clasificación rigurosa y óptima, por una educación que resuelve por medio del afianzamiento de los valores comunitarios, muchos de los conflictos que son el fruto del individualismo reinante en las sociedades clasistas, resolver estos conflictos implica además afirmar que la fuente de los avances metodológicos en la sociedad entera no son las técnicas y procedimientos de la empresa privada.
 
Luego entonces es que los militantes de la Unión de la Juventud Revolucionaria de México vemos diferentes retos de los cuales las medidas del régimen son improvisadas, por un lado, lograr el acceso universal a luz eléctrica, a computadoras, a conexión a internet en las comunidades y barrios más marginados del país; entendiendo la universalidad de la educación debe ser coherente en no rezagar mediante sus políticas a alumnos de todos los sectores, es claro que el interés de las autoridades en estos momentos no son los estudiantes y mucho menos su desarrollo en los ámbitos académicos y sociales.

Por otro lado, la juventud que trabajaba y estudia, por las mismas medidas de contingencia, está en controversia pues sus empleos se ven comprometidos por la política de nadie sale de sus casas, la mayoría de los empleadores está prescindiendo de ellos y muchos otros los están contratando por salarios inferiores esto con la excusa de la cuarentena.

Nuestra preocupación por resolver las condiciones y sacar adelante el semestre son válidas, al igual que enfocar nuestro aprendizaje a la praxis de resolver las demandas proletarias y populares, en esta etapa de la cuarentena, el Estado debería garantizar la participación activa bajo medidas eficientes de prevención y contando con insumos sanitarios a disposición, para llevar el conocimiento adquirido en las aulas, al cuidado y bienestar económico de las y los trabajadores.

Si en México el régimen de la Cuarta Transformación se preocupara por contener la propagación del virus, no dejaría a la suerte de los empresarios la supervivencia de los estudiantes foráneos, de los trabajadores sin hogar, de los migrantes, a todos se les deja a la deriva sin recursos económicos, sin trabajo. Seguramente bajo condiciones funcionales anti propagación, las Universidades no estarían cerradas, con la infraestructura que merece el pueblo trabajador podríamos disponer de albergues temporales en las casas del estudiante, procurar al pueblo-bajo los cuidados de profesionales- en los hospitales universitarios, alimentar de forma saludable en los comedores estudiantiles a todas y a todos, se podría garantizar el aseo personal en las regaderas de los gimnasios y la limpieza en general de la ropa, sábanas, etc en las lavanderías, así como la sanitización regular vía la apertura de los laboratorios para que los futuros profesionistas pongan a disposición del pueblo la producción científica. Eso y más, no está en la agenda del estado que protege la ganancia y no la vida de las y los trabajadores.