Llamamiento al Congreso Nacional Ordinario.
En medio del actual contexto,
en el que prevalece la pandemia causada por el coronavirus (COVID-19) y su
impacto en la sociedad y la economía, que se entrelaza con otras problemáticas
que ya existían en el mundo y en México que evidencian las contradicciones del
capitalismo, como la crisis económica, laboral, de seguridad, ambiental,
alimentaria, de acceso a la educación, sanidad y la cultura; así como, la
violencia de género, uno de los sectores más afectados es el de la juventud; pues,
representa un tercio de la población en nuestro país que enfrenta la
precariedad y la falta de oportunidades.
Tan solo, el 80% de las y los
jóvenes en el país, perciben un ingreso menor a $6,200 al mes y el 33 % no
cuentan con contrato laboral, ni seguridad social; es decir que, se encuentran
viviendo en situación de pobreza. En tanto que, el 12% de las y los jóvenes que
trabajan en la formalidad, han sido despedidos de abril del 2020 a la fecha por
la contingencia, lo cual es ilegal según el criterio del gobierno de la 4T.
Por otro lado, más de 30
millones de estudiantes de educación básica y superior se han visto afectados
con la implementación del sistema de educación a distancia que ha traído como
consecuencia la ampliación de la desigualdad, deficiencias en el aprendizaje y
el abandono escolar frente a las limitaciones económicas y de infraestructura.
La destrucción del medio
ambiente a manos de las transnacionales; así como, la creciente ola de
feminicidios y la violencia de género, comprometen el futuro de las y los
jóvenes, mientras aumenta la presencia militar en el país y la impunidad
prevalece.
La juventud en su carácter
transformador y revolucionario, tiene en sus manos la capacidad para revertir
estas problemáticas, de combatir a la raíz de estas, que se encuentra originada
en las bases y contradicciones del capitalismo, cuyo modelo ya no responde a
los intereses de las mayorías populares.
Ante situación adversa que
representa la crisis del sistema capitalista y sanitaria, las y los jóvenes
debemos jugar un papel protagónico y revolucionario, ponernos al frente de las
masas de manera creativa y enérgica para organizarnos y luchar levantando las
consignas por la vida, la salud, la educación, el trabajo, el pan, la seguridad
y la justicia.
La organización juvenil de hoy
nos arrojará a conquistar las victorias sociales del mañana, luchando juntos por
mejores fuentes de empleo dignas, por una sociedad más equitativa y menos
violenta contra las mujeres, por salud y seguridad para las y los jóvenes, por
educación gratuita para todas y todos, y desde luego, por un medio ambiente
sano y garante para las nuevas generaciones.
Es por ello que hacemos el llamado a la juventud trabajadora, campesina, estudiantil, indígena y de los diversos pueblos de México a organizarse, luchar y participar en nuestro próximo Octavo Congreso Nacional Ordinario a realizarse en noviembre de este año, donde discutiremos, analizaremos y construiremos una ruta de lucha por una sociedad donde no exista la explotación de la humanidad, de la naturaleza y podamos acceder a mejores condiciones de vida.