En la Universidad de Guadalajara es bien conocido el control que impone sobre las instituciones el cacique y ex rector Raúl Padilla López desde hace 30 años abriendo
el camino para la privatización de la universidad.

En los últimos 30 años de su gestión como cacique la universidad ha experimentado el usufructo de sus recursos para transferirlos a las “empresas para universitarias” con recursos opacos donde el exrector figura como su “presidente honorario”, esto sucede en el marco de una universidad que rechaza cada semestre al 60% de sus estudiantes.

Las empresas antes mencionadas, entre ellas la Feria Internacional del Libro, han funcionado para la promoción del cacique entre la “intelectualidad” más reaccionaria, entre los que destacan las invitaciones a personajes como Chumel Torres
o Enrique Krauze con los jugosos negocios que han hecho con la editorial del historiador, por ejemplo, la creación de un documental sobre “el populismo” que costaría un millón 450 mil pesos. En el mismo sentido se mantienen nexos similares con Vargas Llosa.

En los últimos eventos políticos en los que se ha visto inmerso el cacique de la universidad se encuentra la ruptura política entre el Gobernador Enrique Alfaro y Raúl Padilla quiénes históricamente habían tenido fricciones en el marco de la lucha por el control de las instituciones de Jalisco. Dicha ruptura, sucede después de su alianza para las elecciones del 2018, comenzando en las elecciones intermedias con la creación del partido político Hagamos, controlado también por el grupo Universidad de Guadalajara (UdG), esta ruptura sucede bajo la excusa de la reasignación de 140 millones de pesos que decidió el gobernador. Dichos recursos estaban destinados a un museo de ciencia en el megaproyecto del complejo inmobiliario con centros comerciales y hoteles, esto costará casi 5 mil millones de pesos. Así es como la universidad que rechaza al 60% de sus aspirantes y mantiene a sus trabajadores en la precariedad, malgasta en obras faraónicas y opacas los recursos que le son otorgados.

Y retomando la precariedad laboral, el sindicato de la universidad, también secuestrado por el grupo padillista con la secretaría política en manos de Jesús Palafox, después de unas elecciones tramposas en el sindicato, inflaron los votos y resultados estadísticamente imposibles. Al mismo tiempo, la representación de la Federación de Estudiantes Universitarios también es un títere del cacique y actualmente se encuentra presidida por Francisco Javier Armenta. Tanto el pseudo líder sindical como el “representante” universitario fueron mandados recientemente a “defender la autonomía del CIDE”, ¿se han olvidado de que en su propia universidad hace mucho que se perdió la autonomía?