El Estado monárquico español sigue evidenciando que la política represiva que caracterizó al franquismo continúa vigente, tratando de callar las voces que denuncian las injusticias, los crímenes de los parásitos de la realeza española y la explotación capitalista que recae sobre las y los trabajadores.

A pesar de los cambios de colores tornados hacia la socialdemocracia, el proletariado no ha visto grandes mejoras en sus condiciones de vida; por el contrario, se ha visto afectado por la crisis económica y sanitaria, en tanto se buscan detener y reprimir los esfuerzos de organización y lucha.

El caso de Pablo Hasél como revolucionario y consecuente es un ejemplo de lucha de que, a pesar de estar en prisión, esta se convierte en una trinchera de lucha. La clase obrera española y del mundo debe cerrar filas para hacer frente a las medidas fascistoides y en la búsqueda por la conquista de sus demandas históricas.  

Desde la UJRM manifestamos nuestra solidaridad de clase con Pablo Hasél, continuaremos denunciando al gobierno español y exigiendo activamente su libertad incondicional. ¡Presos políticos libertad!