A mediados del siglo pasado, el proletariado carecía de un partido de vanguardia que representara sus demandas, el PCM histórico enfermaba de revisionismo. Como consecuencia de las contradicciones entre el proletariado y la burguesía, un grupo de jóvenes valientes que anhelaban una sociedad más justa decidió tomar las armas. Un 23 de septiembre de 1965, un grupo de jóvenes atacaron el cuartel madera, de los 13 guerrilleros fallecieron 8. Mientras tanto, en las principales ciudades del país, el proceso de proletarización de las masas avanzaba y crecía la migración del campo a la ciudad. Así, por ejemplo, en la entonces periferia de la Guadalajara de los años 70s, en el histórico barrio de San Andrés, los hijos de esos migrantes se juntaban y a través de su identidad barrial se creó la pandilla de los vikingos, sin objetivos políticos al principio. La gran mayoría eran jóvenes sanos, sin vicios y con aspiraciones de un futuro mejor. Comenzaron a involucrarse en la política estudiantil, al comienzo sin principios ideológicos definidos y con el tiempo progresaron intentando hacer cambios al interior de la universidad de Guadalajara y su democratización. Así, entre varias organizaciones de la juventud y los vikingos crearon el Frente Estudiantil Revolucionario (FER). Aquí, cabe mencionar la toma de la casa del estudiante, justamente también un 23 de septiembre de 1970 más por coincidencia que por planeación.
El 15 de marzo de 1973, se creó la Liga Comunista 23 de
septiembre como un intento de unificar a todas las organizaciones guerrilleras
tomando el nombre en honor al asalto del cuartel madera. Su principal órgano y
programa político era el legendario periódico Madera.
Algunos eventos históricos para mencionar:
La operación de la fuga de Oblatos donde escaparon Antonio
Orozco Michel “Michel”, Enrique Guillermo Pérez Mora “tenebras”, el “Guaymas” y
otros 3 militantes más. Ese día, y con la participación de ambos en la
operación, “El tenebras” y Alicia de los Ríos Merino se conocieron por primera
vez logrando química entre ellos haciéndose compañeros no sólo de armas, sino
también sentimentales. Después del escape, los compañeros se reintegraron a la
lucha.
El 17 de enero de 1973 cayó muerto Eugenio Garza Sada, líder
de los grandes empresarios de Monterrey y quién había sido importante para
financiar el golpe de Estado en Chile donde depusieron por las armas a Salvador
Allende e impusieron una dictadura militar con miles de desaparecidos.
Originalmente la intención era canjear al capitalista por presos políticos que
estaban siendo torturados por el gobierno. Ahí cayeron 3 combatientes heroicos.