La situación que viven estas personas día a día es difícil, ya que puebla ocupa cuarto estado  más pobre de la república mexicana, superando sólo  por Chiapas, Guerrero y Oaxaca, estados con un porcentaje de pobreza extrema mayor al promedio nacional, que es de 9.8 por ciento.
Son las  condiciones, económicas y sociales tales como el rezago educativo, acceso a los servicios de salud, acceso a la seguridad social, calidad y espacios de la vivienda, trabajos, servicios básicos en la vivienda y acceso a la alimentación  que les obliga ejercer este oficio. Muchos municipios se dedican al robo y comercialización de combustible que extraen ilegalmente de los ductos de Pemex.

En la Nación Huachicol, los campesinos se convirtieron en ladrones de combustible, las familias venden la gasolina que albergan en sus casas, los jóvenes y niños aprenden el oficio, y arriesgándose  por la falta de oportunidades ocupan este como  único medio para solventar sus necesidades.

Ahora, con el huachicol, ganan hasta 800 pesos,  les pagan con dinero, o hasta les pagan con galones de gasolina.

En tan sólo un año, Puebla rebasó el número de toma clandestina en ductos de Pemex registradas entre 2000 y 2015, por lo que esta actividad  ya no sólo está concentrada en la zona conocida como el Triángulo Rojo, sino que ahora se ha ampliado a 27 municipios de Puebla.