Durante
los años 60´s los gobiernos de aquella época decían que el país avanzaba sin
descanso a la modernidad económica. Llamaron “el milagro mexicano” a las
migajas que el capitalismo daba, pero el milagroso crecimiento económico en realidad
era para quienes estaban arriba, pues el capitalismo no borra la explotación
aunque la pague un poquito mejor.
El
régimen en México hacia caso omiso a las demandas de los sectores organizados,
lo que dio lugar a confrontaciones entre clases. La represión de la huelga
ferrocarrilera de 1958, del movimiento magisterial de 1959, la huelga de los
médicos en el 65 y el asesinato de copreros guerrerenses del 67, son algunas
muestras de como el Estado trató a los movimientos de protesta.
Mientras
el estado imponía su ley y miraba con recelo hacía los trabajadores, en las
aulas universitarias se ampliaba la difusión del Marxismo y el pensamiento
crítico en general, lo que ayudó a ampliar la verdadera situación del
desarrollo del capitalismo en México. La influencia de la ideología
revolucionaria y el contexto internacional logró que los estudiantes tomaran
conciencia y comenzaran a llevar a cabo acciones contra la injusticia y represión
a sectores y organizaciones en lucha.
1968
como el 2014 en Ayotzinapa, se caracterizan por haber sido unos de los momentos
en que el estado mexicano mostró su cara más represiva. La política de
seguridad nacional se convirtió en una guerra interna contra un enemigo
público; estudiantes y pueblo organizado, tal como es ahora con la supuesta
guerra contra el narcotráfico. Los discursos oficiales dejan un testimonio de
que no hubo titubeos por parte de la burguesía en el poder, al momento de usar
al ejército y armamento de guerra, para reprimir y garantizar la realización de
los juegos olímpicos además de la estabilidad de las instituciones.
La
represión y asesinato significaba que el movimiento había demostrado la
posibilidad real de construir la unidad popular. El estado no lo iba a
permitir; no importaba el costo político a nivel nacional e internacional, no
importaba la perdida de legitimidad, legitimidad que fue sustituida por balas,
tanques, miedo, terror, espionaje, ocupación militar, retenes y puestos de
vigilancia. Todo lo necesario para garantizar el control de la población
entera.
50 años después un nuevo escenario se abre
para el estudiantado y el pueblo de México quienes con su lucha y exigencia
vienen empujando la necesidad de cambios sociales de fondo; luego del ataque
porril contra estudiantes de la UNAM y la movilización que se ha levantado en
distinta universidades del país por aspectos como la solidaridad, la falta de seguridad, la
corrupción y la quiebra de las universidades públicas; se han llevado a cabo
tres asambleas interuniversitarias y una asamblea interUNAM, los acuerdos de
estos espacios han permitido avanzar en un pliego petitorio de la UNAM y un pliego Nacional que serán
entregados con movilizaciones.
Junto
con estos pliegos se hace el llamado a construir la organización nacional
estudiantil, por ello es preciso que todo el estudiantado consciente nos demos
a la tarea de fortalecer este 4 de octubre la movilización que irá de Felix
Cuevas a Rectoria de la UNAM a las 10hrs. y el 12 de Octubre del monumento a la revolución
al congreso a las 12 hrs. para la entrega del pliego nacional, con posibilidad
de que se repliquen acciones en los diferentes estados.
Hoy el
movimiento estudiantil cuenta con demandas claras que serán una guía de lucha para
el siguiente sexenio en el que están plasmadas las principales consignas, hoy
este pliego trasciende la lucha coyuntural, dependerá de las formas de lucha y organización
su cumplimiento, por ello es necesario mantener las asambleas como órganos de
toma de decisiones que se impongan a la burocracia, impunidad y corrupción con
la que las autoridades se manejan; es necesario también impulsar un brigadeo
nacional para la agitación del pliego nacional y la elaboración de pliegos por
institución, es necesario también el confluir con el movimiento magisterial, el
normalismo y los padres de familia para generar un gran frente nacional en
defensa de la educación pública, que rompa con la falsa consulta que se hace en
estos momentos y que plantee la educación que queremos como pueblo.
El 68,
como todos los movimientos estudiantiles y populares son nuestro ejemplo, mantengamos la unidad, ¡fortalezcamos la asamblea interuniversitaria! ¡Por una educación crítica, científica, democrática
y popular! ¡Aumento del 8% del PIB en el presupuesto a educación! ¡Contra la
violencia de género, por la defensa y ampliación de los derechos de la mujer! ¡Por
paz y seguridad con justicia social! Por la unidad y vinculación con las luchas
del pueblo!