Ante la falta de oportunidades educativas que impactan en lo laboral, las juventudes buscan alternativas para sobrevivir, convirtiendo las calles en un espacio de trabajo y de organización ante la criminalización del gobierno para ocupar estos espacios, tal es el caso de la Central de Abastos de Comitán de Domínguez, Chiapas donde converge la Juventud Revolucionaria del Frente Campesino Popular de Chiapas.

El 30 de julio del 2018, el alcalde de Comitán de Domínguez Mario Guillen “Fox”, que para el periodo actual se ha reelegido, ordenó el desalojo de los trabajadores ambulantes en la Central de Abastos con la excusa de convertir al municipio en un punto “turístico” dejando de lado otras necesidades populares, esto implicó el uso grupos de choque, suceso en el que hubo 43 heridos de bala y 5 personas perdieron la vida, entre ellos, militantes del FCPCH, acto que hasta la fecha se mantiene impune.

El nivel de escolaridad de la militancia de la JR – FCPCH que trabaja en las calles ronda en promedio la primaria, lo que limita las oportunidades laborales; a esto hay que sumar las temporadas altibajas de ventas que hoy ven además un obstáculo la presencia del crimen organizado en la región, para poder abastecerse de productos, lo que provoca retrasos impactando en sus ingresos. Otros factores como los climatológicos representan un reto en el día a día, sumado a la constante discriminación por parte algunos sectores de la población y las amenazas de desalojo, implican parte de las preocupaciones de las juventudes que trabajan en las calles de la Central.

Las amenazas y la falta de capacidad del gobierno para resolver las demandas de justicia y las adversidades que afrontan las juventudes representan una pesada piedra que se liga a la constante criminalización para imposibilitar que puedan trabajar y poder solventar los gastos en el marco de una ya deteriorada economía. Las garantías para el acceso a la educación y empleo digno de la 4T solo reflejan las deficiencias de las políticas del Estado para la juventud en Comitán, en Chiapas y todo el país.

Ante esta situación, la organización se convierte en una necesidad para las juventudes trabajadoras ambulantes que han encontrado un espacio de lucha en Comitán, donde las banderas populares de lucha por justicia y respeto al trabajo ambulante en las calles se levantan en lo alto.