Con miras más allá de los roles de género asignados a su sexo, la mujer proletaria busca su emancipación, pues reconoce que el patriarcado no es el único enemigo, sino que la raíz de toda opresión a la que puede estar sujeta es el sistema que genera las condiciones económicas desiguales, el capitalismo. Actualmente, en México coexisten diferentes escenarios donde las mujeres de los sectores populares se desarrollan y la violencia estructural que existe se presenta de diferentes maneras y aunque estas no son aisladas, se observan de forma física, psicológica, patrimonial, sexual, obstétrica, emocional y políticamente, siendo las mujeres de la clase trabajadora la generalidad de estos fenómenos.
Las mujeres se han abierto camino para aminorar cada una de estas violencias, en México una de las más grandes pioneras respecto a los derechos políticos de las mujeres fue Hermila Galindo quien con influencias como Clara Zetkin puso sobre la mesa ante el congreso constituyente el sufragio femenino, más adelante en Yucatán, que fue la primera entidad federativa en otorgarle el voto a las mujeres a nivel local a manos de Elvia y Felipe Carrillo Puerto militantes del Partido Socialista de Yucatán en 1920 y así sucesivamente hasta que en 1953 a nivel constitucional se obtuvo el voto de la mujer como producto de la constante exigencia de los sectores organizados.
En el marco del Día Nacional de los Derechos Políticos de la Mujer, a 69 años del voto de la mujer en México y por mucho que recorrer respecto los derechos políticos proletarios, el panorama de la paridad de género ha polarizado la participación de mujeres de sectores populares, pues aquellos espacios políticos donde ahora se observan a mujeres no ha cambiado el paradigma, ya que se sigue perpetuando las mismas relaciones de poder que oprimen a las mujeres y hombres de la clase trabajadora, si bien el voto es uno de los pasos más importantes y que suman a los derechos políticos de las mujeres no es la única vía para hacer valer sus derechos, organizarse para tomar parte en los asuntos políticos del país es una de ellas, las mujeres de clase trabajadora participa de forma activa y reconoce que este derecho implica de forma parcial la mejora de aspectos como lo laboral, educativo, sexual y económico, pues su emancipación plena depende de la desaparición de la explotación.