Los jóvenes, esa masa que va de los 18 a 29 años de edad, representan el 27% del padrón electoral. Suman 26.5 millones estos jóvenes con credencial vigente para votar en todo el país; sin embargo, este sector ha mantenido una tendencia de no acudir a las urnas. Para Paula Ramírez, presidenta del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana del estado de Jalisco, recuerda que “sólo el 37% de estos jóvenes acuden a las urnas” (marzo 3, 2024). Es decir que solo 9.8 millones de jóvenes acuden a votar. Con los programas desarrollados por el régimen, se construyó un sector juvenil potencialmente electoral a su favor, que tuvo cierto peso, sin embargo eso sigue constituyendo una forma de utilizar a la juventud para legitimar la políticas económicas de la burguesía, acompañadas de desorganización y desmovilización de la misma juventud y seguirán con la nuevo gobierno de continuidad neoliberal, como el de Obrador.

Ha sido un sector complicado al que se pueda llegar debido a las múltiples fuentes de información, pero así mismo no existe confianza entre la juventud con los partidos de la democracia burguesa, tampoco sus aspiraciones se ven reflejadas en ninguno de los que contendían a la presidencia de la república. Hoy por hoy Claudia Sheinbaum se muestra como amiga de la juventud, sin embargo, muy poco dijo respecto de las propuestas que tiene para la juventud. Lejos de las becas y programas sociales, el verdadero problema entre los jóvenes de estos años es encontrar un empleo estable y bien pagado, que permita el que le de beneficios a corto plazo, así como el respeto a los derechos laborales, trabajo bajo contrato y un futuro con pensión.

La situación en el país no permite tal realidad para los más de 26 millones de jóvenes que somos, cabe pensar en que la juventud espera una alternativa que no se puede encontrar ni conseguir bajo la ley burguesa. La población juvenil de 15 a 29 años registra la mayor tasa de desempleo. Si trabaja, percibe los salarios más precarios y accede menos a servicios de salud o a la seguridad social. La juventud es, además, el blanco de los grupos criminales.

La juventud que no cree en las instituciones, policía, ejercito, ni ningún cuerpo castrense; que no cree en los discursos vacíos de los políticos que nada saben de los intereses de la juventud, a esa juventud rebelde que no se queda esperanzada en un sexenio es a quienes les decimos que la alternativa existe en medida que nos organicemos y hagamos valer la democracia de masas, como derecho y no como necesidad.